Cuando tenía como 12 años compré una suculenta para regalársela a una amiga que era fanática de las plantas. Por cosas de la vida nunca se la pude entregar, entonces me la quede. No sabía nada de plantas y menos de cactus, pero ¿Qué tan difícil era mantener viva a una suculenta? Le ponía agua cuando me acordaba, digamos que cada 3-4 días. Después de unas pocas semanas la suculenta se empezó a secar, entonces yo le ponía cada vez más agua. Cuando ya estaba totalmente muerta le pregunté a mi hermano ¿Qué fue lo que pasó, si cuando se empezó a secar le puse más agua? La respuesta era muy clara; había ahogado a mi plantita.
Después de esta terrible historia aprendí una lección comparable con nuestro ámbito; tanto con las suculentas como las inversiones, el exceso de atención te puede jugar en contra.
Cuando nuestras inversiones caen, muchos piensan que la mejor opción es meter mano, tal como yo pensaba que cuando mi planta estaba muriendo, lo mejor era intervenir. Sin embargo las emociones muchas veces nos juegan en contra, y al inversor de largo plazo le conviene actuar en contra de este ánimo en general.
En conclusión no es ningún secreto que la paciencia muchas veces ayuda a conseguir mejores retornos en el mercado. A la hora de ejercitar esta disciplina puede resultar conveniente tener un plan bien diseñado, con una buena estrategia con respaldos y estudios por atrás. Es por eso que es sumamente recomendable confiar en los expertos. Paciencia + estrategia = nos va a ir bien :)
